
La patria era siempre más importante para mí pues quería, que fuera más poderosa, más fuerte. Por eso me casó con Isabel de Portugal para que las relaciones con nuestro vecino fueran amistosas. Inglaterra también era nuestro amigo, que me quedó llevar a cabo una política expansiva. Luchaba constantemente con Francia y mucho con Imperio Otomano, que exigía no sólo de nuestro ejército pero también de todos los habitantes mucho esfuerzo y dinero. Los luteranos empeoraban esa situación pero nuestra patria era tan fuerte para arreglárselas.
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